lunes, 2 de julio de 2012

LAS POLÍTICAS EDUCATIVAS DE LOS ORGANISMOS INTERNACIONALES: Banco Mundial, UNESCO, OCDE y BID


Los organismos internacionales –Banco Mundial, UNESCO, OCDE y BID– ejercen una influencia determinante en las políticas educativas de los países subdesarrollados, especialmente en el ámbito de la educación superior. Para efectuar una comprensión adecuada del impacto de tales agencias, es necesario problematizar en torno a sus recomendaciones, historia, desarrollo y características.
Aquí se quiere en este apartado de carácter documental sobre política educativa a nivel superior se quiere señalar que, atraviesan cuatro ejes de análisis –calidad-evaluación educativa y educación superior, diversificación de opciones y de fuentes de financiamiento- demuestra el impacto que han tenido las recomendaciones de las agencias internacionales, fundamentalmente del Banco Mundial, en la determinación de las políticas instauradas en la educación superior pública mexicana.

En el ámbito educativo, el tema de las agencias internacionales permite articular el debate sobre la internacionalización de las tendencias educativas contemporáneas.
Considerando las diferencias existentes entre los diversos organismos –por ejemplo, entre aquellos que otorgan financiamiento a proyectos y los que realmente realizan estudios y emiten recomendaciones- es posible señalar que, en la actualidad, las corporaciones más interesadas en la problemática educativa son:
El Banco Mundial (BM)
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (UNESCO)
La Organización de Cooperación Desarrollo Económico (OCDE) y, a nivel latinoamericano, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Comisión Económica para América Latina (CEPAL: 1992: 269).

Fuente.Biblioteca Virtual de Derechi, economia y Ciencias Sociales.

FUNCIONES DE BANCO MUNDIAL - UNESCO- OCDE - BID





Banco Mundial
El Banco Mundial (BM) representa una de las principales agencias internacionales de financiamiento en materia educativa. La gestación de lo que hoy se conoce como Banco Mundial tuvo su origen en la conferencia que se realizó en julio de 1944, convocada por Inglaterra y los Estados Unidos (Churchill y Roosevelt) en la ciudad de Bretton Woods, en New Hampshire, EE. UU., a la cual asistieron 44 países.
De ahí surgieron dos instituciones que, a juicio de Danher, delinearon la economías de los siguientes cincuenta años (Danher: 1994): por un lado, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y, por otro, el Banco Internacional para la Reconstrucción el Desarrollo, que es conocido simplemente como “Banco Mundial”.
En la actualidad, el llamado “Grupo Banco Mundial” esto conformado por cinco agencias: el “Banco Internacional para la Construcción el Desarrollo” (IBRD, por sus siglas en inglés, la “Asociación internacional para el Desarrollo” (IDA), la “Corporación Financiera Internacional” (IFC), la “Agencia de Garantía Multilateral de las Inversiones” (MIGA) y el “Centro Internacional para la Solución de las Disputas en Inversiones; (ICSID), todas con sede en Washington, D. C (World Bank, 1996). Si bien se ha señalado que el BM y el FMI son “organismos especializados dentro del sistema de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) (Zogaib: 1997:102) es conveniente precisar que se trata de dos organizaciones autónomas dentro de tal sistema.

La primera intervención del Banco Mundial en problemas educativos se efectuó en 1963, en África, y se dirigió al sector de la educación secundaria, pero no fue sino hasta 1968 cuando se expandieron los programas sociales, incluyendo los educativos (Feinberg: 1992: 151). Desde la primera inversión hasta 1990, el Banco Mundial había concedido créditos por cerca de 10 billones de dólares interviniendo en 375 proyectos educativos en 100 países del mundo (Torres: 1995: 2).
Es importante tener presente que este organismo es uno de los principales productores de documentos y estudios sobre políticas educativas; de tales textos destacan actualmente tres documentos sectoriales –de educación primaria, educación básica y formación profesional y educación superior– dos documentos regionales de educación básica y educación superior en América Latina y un documento de revisión y seis de las políticas del BM en la década de los noventas (Banco Mundial, 1992; Banco Mundial, 1995; Winkler R. Donald, 1994; Wolff, Shiefelbein y Valenzuela, 1994; Banco Mundial, 1996).
En parte, esta serie de estudios trata de responder a los propósitos que se trazaron en la Conferencia Mundial de Jomtien de 1990: Educación para todos (Gaynor, 1998; Florestal y Cooper, 1997; Fiske, 1996; Bray, 1996; Patrinos, 1998). Además es importante considerar que el reporte anual publicado considera como tema principal al conocimiento y su vínculo con el desarrollo (World Bank: 1999: 251).
Los ejes primordiales del Banco en los ámbitos de la educación primaria, secundaria, bachillerato y superior, de mujeres y grupos minoritarios son: acceso, equidad, eficiencia interna, calidad, financiamiento, administración resultados e internacionalización además de la preocupación por la educación en un contexto de globalización y competencia económicas.
Banco Mundial en educación superior:
Principales ejes
Principales políticas
Tendencias de desarrollo
• Financiamiento de la educación en sus diversas modalidades.
• Calidad de la educación
• Administración de la educación
• Resultados de las políticas educativas.
•Internacionalización de las políticas educativas.
• Financiamiento de la educación superior. Impulso de mecanismos de diversificación de fuentes de financiamiento.
• Diferenciación de las instituciones de educación superior. Desarrollo de instituciones no universitarias e instituciones privadas.
• Gobierno de las instituciones de educación superior. Uso de incentivos para la aplicación de políticas y respecto a la autonomía administrativa de estas instituciones.
• Evaluación educativa y medición de la calidad. Acreditación de exámenes nacionales.
• Demanda y acceso a este nivel educativo.
• Vinculación entre el desarrollo industrial y la enseñanza y la investigación en materia de ciencia y tecnología.
a) Construcción de capital humano para vivir mejor.
b) Mejora del desempeño escolar en el mundo desarrollado a través de la mejora de la salud y la educación.
c) Financiamiento de la educación por parte de los padres de familia y la comunidad.
d) Descentralización de la educación: Financiamiento comunitario.
e) Descentralización de la educación: Financiamiento basado en la demanda.
f) Descentralización de la educación: Aspectos legales.
g) Desarrollo temprano de la infancia: Invirtiendo en el futuro.
h) Inversión en los ciudadanos: El Banco Mundial en acción
i) Monitorización del aprendizaje proveniente de los sistemas educativos.
j) Iniciativas públicas y privadas: Trabajando juntos para la salud y educación


UNESCO La creación del organismo se ubica en el año de 1945, aunque algunos de sus antecedentes relevantes –como la existencia de un comité de cooperación intelectual– se remontan a 1922. La UNESCO se funda como el órgano cultural de las Naciones Unidas.
En tal sentido, conviene destacar su ideario y propósitos. La UNESCO se crea bajo los principios de “igualdad de oportunidades educativas; no restricción la búsqueda de la verdad y el libre intercambio de ideas y conocimiento”. Mientras que su propósito central es el de “contribuir a la paz y a la seguridad, promoviendo la colaboración entre las naciones a través de la educación la ciencia y la cultura”.
Esto permite afirmar que la UNESCO es uno de los principales organismos internacionales que ha procurado sostener –dentro del actual contexto de globalización- una perspectiva social y humanista de la educación a diferencia de otras agencias internacionales que manifiestan fundamentalmente una perspectiva económica.
Otra diferencia del organismo es que la UNESCO se encarga de la realización de estudios prospectivos; avances, transferencias e intercambio de conocimiento; criterios y escenarios de acción, cooperación cívica y de expertos; e intercambio especializado de información únicamente emite recomendaciones a sus miembros, pero no otorga recursos económicos, a menos que se trate de proyectos específicos generados en la propia institución (como el caso de las Cátedras UNESCO).
La UNESCO (1998:3) señala que en el siglo pasado se carece de instituciones que impartan ES, con características adecuadas para formar a una masa crítica de personas capacitadas y cultas; se considera que es por medio del intercambio de conocimientos, la cooperación internacional y las tecnologías que se puede brindar oportunidades para alcanzar la calidad y la pertinencia. Lo cual exige la participación del gobierno y de cada sistema de educación, así como de todas las partes interesadas, comprendidos los estudiantes, sus familias, los profesores, el mundo de los negocios, la industria, los sectores públicos y privados, la comunidad, las asociaciones profesionales y de la sociedad que se perjudica o beneficia por los resultados obtenidos por las IES.
Así subraya UNESCO (1998: 5) que los sistemas de ES en el mundo entero, deberán “aumentar su capacidad para vivir en medio de la incertidumbre, para transformarse y provocar el cambio; para atender las necesidades sociales y fomentar la solidaridad y la igualdad; preservar y ejercer el rigor y la originalidad científica con espíritu imparcial y ser un requisito previo decisivo para alcanzar y mantener un nivel indispensable de calidad.
Lo anterior permitiría colocar a los estudiantes en el primer plano de sus preocupaciones, en la perspectiva de una educación a lo largo de toda la vida a fin de que se puedan integrar plenamente en la sociedad mundial del conocimiento de este siglo.” (UNESCO: 1998: 6).
Para alcanzar esas metas, la UNESCO señala en 17 artículos las misiones y funciones a las que deberán responder todas las IES:
No de Artículo Misiones y funciones de las IES.
Artículo 1. La misión de educar, formar y realizar investigaciones;
Artículo 2. Función ética, autónoma, responsabilidad y prospectiva;
Artículo 3. Igualdad de acceso;
Artículo 4. Fortalecimiento de la participación y promoción del acceso de las mujeres.
Artículo 5. Promoción del saber mediante la investigación en los ámbitos de la ciencia, el arte y las humanidades y la difusión de sus resultados;
Artículo 6. Orientación a largo plazo fundada en la pertinencia;
Artículo 7. Reforzar la cooperación con el mundo del trabajo, el análisis y la previsión de las necesidades de la sociedad;
Artículo 8. La diversificación como medio de reforzar la igualdad de
oportunidades;
Artículo 9. Métodos educativos innovadores: pensamiento crítico y creatividad;
Artículo 10. El personal y los estudiantes, principales protagonistas de la educación superior;
Artículo 11. Evaluación de la calidad;
Artículo 12. El potencial y los desafíos de la tecnología;
Artículo 13. Reforzar la gestión y el financiamiento de la educación superior;
Artículo 14. El financiamiento de la educación superior como servicio público;
Artículo 15. Poner en común los conocimientos teóricos y prácticos entre los países y continentes;
Artículo 16. De la “fuga de cerebros” a su retorno; y
Artículo 17. Las asociaciones y alianzas.
Cabe resaltar que algunos de los documentos recientes que ha elaborado el organismo en materia educativa son un documento de política para la educación superior, el informe internacional sobre la educación para el siglo XXI (UNESCO, 1995, Delors, 1996) y, en fechas recientes, los materiales que resultaron de la conferencia mundial sobre Educación Superior celebrada en París del 5 al 9 de octubre 1998 (UNESCO: 1998).
Los ejes primordiales del organismo en los hitos de la educación básica; educación secundaria; educación permanente; educación de mujeres; educación para grupos minoritarios; nuevas tecnologías de información y la educación superior son: Importancia y mejoramiento; igualdad de género en educación, promoción, integración, diversificación, mejoramiento de la enseñanza a distancia; pertinencia, calidad e internacionalización.
Además considera que para enfrentar los desafíos actuales (democratización mundialización, regionalización, polarización, marginación, fragmentación se deben atender los siguientes aspectos: y vínculos entre la educación y el desarrollo humano; pertinencia de la educación, calidad de la educación, equidad educativa; internacionalización de las políticas educativas y eficacia en la aplicación de las reformas educativas.
Las principales políticas de la educación superior de la UNESCO son:
• Relaciones con el Estado: Libertad académica y autonomía institucional.
• Financiamiento. Manejo eficaz de los recursos, fuentes alternativas de financiamiento.
• Mejoramiento de los procesos de gestión
• Diversificación de los sistemas y las instituciones.
• Calidad del personal docente, de los programas para estudiantes, de la infraestructura y del medio universitario.
• Articulación entre la enseñanza secundaria y la educación superior.
• La educación superior y el desarrollo humano sostenible.
• Renovación de la enseñanza y el aprendizaje en la educación superior.
Mejoramiento del contenido interdisciplinario y multidisciplinario de los estudios; fomento de la capacidad intelectual de los estudiantes, aplicación de métodos pedagógicos que aumenten la eficiencia de la experiencia de aprendizaje, incorporación de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.
• Investigación. Importancia social y su calidad científica; financiamiento de la investigación interdisciplinariedad (ciencias, tecnología y cultura).

OCDE El origen de la institución fue la llamada “Organización europea de cooperación económica” cuyo propósito central fue la reconstrucción de las economías europeas en el período posterior a la segunda guerra mundial. En 1961 –en acuerdo con Canadá, Estados Unidos– y apoyados en gran medida por el Plan Marshall, se decide trasformar al organismo en lo que actualmente se conoce como la OCDE.
Entre sus propósitos centrales destaca la preocupación por el crecimiento económico –de los miembros y no miembros– al igual que la expansión de los negocios mundiales y multilaterales.
Las actividades fundamentales a las que se dedica el organismo son el estudio y formulación de políticas en una gran variedad de esferas económicas y sociales. Al igual que la UNESCO, la OCDE no otorga financiamiento para el desarrollo de ningún proyecto. El mecanismo a través del cual desarrolla sus actividades es la combinación del trabajo de sus expertos con miembros de los gobiernos bajo una dimensión aparentemente, “multidisciplinaria”.
De acuerdo con el Centro OCDE para México y América Latina, los puntos de mayor interés del organismo en torno a la educación superior son:
• La transición entre la educación superior y el empleo. Por ello, la organización propone como dos aspectos fundamentales: la integración social y productiva de los individuos, hasta como la flexibilidad del conjunto de educación superior para adecuarlo mejor a las necesidades productivas.
• La solución de los problemas concernientes a la educación media superior, basándola en el conocimiento real, efectivo y cualitativo de conocimientos. El organismo considera que de la solución de esta problemática depende el éxito de los programas en la educación superior.
• La reducción de los recursos económicos que se emplean en la educación superior. Para lo cual, la organización propone la diversificación de las fuentes de financiamiento en el nivel terciario (Sohez, Georgina, 1998: 5).
Si bien el organismo ha publicado continuamente estudios sobre política en materia de educación superior, existen dos documentos de gran importancia para el análisis del caso mexicano; se trata de los textos sobre “Políticas nacionales de la ciencia y de la tecnología; en México (OECD: 1994: 255) y, sobre todo, el estudio sobre políticas nacionales de educación superior que la organización pública para nuestro país (OCDE: 1997: 415). De éste se desprenden diversos ejes y políticas relativos a la educación superior que –en nuestro medio– serán considerados como relevantes en los primeros años:
• Calidad educativa (evaluación, acreditación y certificación.
• Financiamiento de la educación, diversificación de fuentes, distribución nacional de recursos).
• Equidad educativa (instauración de mecanismos de admisión)
• Pertinencia y educación, vinculación con sectores económicos y sociales).
• Prioridades cuantitativas de la educación, atención la demanda, desarrollo de instituciones y universidades tecnologías, incremento de posgrados).
• Diferenciación y flexibilidad de los conjuntos educativos (flexibilización curricular, competencias laborales de los trabajadores, educación continua).
• Perfeccionamiento del personal (establecimiento de políticas nacionales para el personal docente, evaluación del sistema).
• Estructura y conducción del sistema (sistemas de información estadística, estructuras de planeación evaluación globales, vinculación entre subsistemas).

BID El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), con sede en Washington, fue creado en 1959 con el objetivo principal de: “acelerar el proceso de desarrollo económico y social de sus países miembros de América Latina y el Caribe” (BID: 1994).
Es conveniente destacar que, si bien la educación la transferencia tecnológica son aspectos importantes dentro de las políticas del Banco Interamericano, en el esquema general de distribución sectorial (del período 1961-1993) se observa que tal rubro apenas representa el 5% del total de inversiones; mientras que la energía (23%), la agricultura y pesca (17%) y el transporte y las comunicaciones (14%) tienen las mayores proporciones. Sin embargo, en informes posteriores a este período se anuncia que de 1994 a 1996 se había incrementado notoriamente el financiamiento del BID para educación llegando al 9% (BID: 1994: 5).
Se puede afirmar que el Banco Interamericano “utiliza casi íntegramente los indicadores del Banco Mundial en materia de educación y ciencia” (BID: 1996: 2). Por ello, el BID comparte con este organismo ciertas afirmaciones y recomendaciones generales, por ejemplo, en el sentido de que “la cobertura de la educación ha crecido pero su calidad se ha deteriorado” o bien, la urgencia de que se establezcan mecanismos de estandarización de los distintos sistemas educativos tales como los exámenes nacionales.
En lo referente a la educación superior, la corporación sostiene que las Universidades de América Latina y el Caribe constituyen la piedra angular de los esfuerzos para hacer frente a los desafíos tecnológicos y económicos de los años noventa, puesto que posibilitan la mejora de la productividad en la economía de esta manera achican la brecha tecnológica y modernizan a las instituciones económicas y sociales; en tal sentido, recomienda la colaboración entre universidades e industrias (BID: 1996: 1-8). Además es fundamental recordar que el BID se erige como el organismo financiero bilateral o multilateral que mayores contribuciones han realizado a la educación superior latinoamericana; se designa asi mismo como el “Banco de la universidad”.
El BID se encarga de:
Financiar preferentemente proyectos de desarrollo de las siguientes instituciones educativas (en este orden):
1 Programas de educación superior de nivel profesional, posgrado e investigación científica y tecnológica.
2 Programas de educación básica y formación profesional.
3 Programas de educación destinados a proporcionar un mínimo de destrezas sociales y de trabajo a los jóvenes y adultos que no han tenido acceso oportuno a la educación normal.
4 Programas destinados a introducir formas sustantivas en curriculum, métodos docentes, estructura, organización, funcionamiento de la educación, formal y no formal a nivel primario y secundario.
5 Programas para mejorar la eficiencia y equidad en la aplicación de los recursos dedicados al funcionamiento de la educación a promover fuentes alternas de financiamiento (BID: 1997).
Las finalidades del BID hacia la educación superior se resumen a continuación:
• Contribuir al desarrollo de recursos humanos, facilitar el acceso universal a la educación y fortalecer la planificación de la organización.
• La administración y los métodos de enseñanza asi como apoyar las reformas de los sistemas nacionales de educación.
• Su política rectora estriba en fomentar una mayor integración entre las actividades educativas y las estrategias nacionales de desarrollo en América Latina (BID: 1997: 2).

El organismo pone fuerte énfasis en el fortalecimiento de los estudios de posgrado, pero, sobre todo, en el impulso de la ciencia y la tecnología en la región. El BID considera que una forma de potenciar el crecimiento económico de Latinoamérica consiste en aplicar educación, investigaciones universitarias de “calidad” a las “necesidades específicas de los distintos países que lo conforman”. Una característica de los programas del Banco Interamericano es que el gobierno del país al que se le otorga el crédito tiene que aportar la misma cantidad que la destinada por la instancia crediticia (Winkler: 1994: 80).
De acuerdo con los cimientos del Banco Mundial, el BID ha sido la fuente extranjera importante de financiamiento de la educación superior latinoamericana en los últimos años. Entre 1970 y 1984, el BID inició proyectos de educación superior para financiar la construcción de nuevas plantas físicas. Y considerando un período muy largo –que comprende de 1961 a 1984– el BID apoyó el desarrollo de más de 100 instituciones de educación superior en la región, incluyendo programas de cooperación, que sustentaron becas y asistencia (Winkler: 1994: 80).
De hecho, el Banco señala en uno de sus documentos de difusión que –por lo menos– han sido sesenta las “principales universidades que han recibido financiamiento del BID” en el continente. Cabe destacar que los países que mayor financiamiento han recibido son Brasil (26 instituciones de educación superior), Colombia (18) y Argentina (9). En el caso de México, aparece como uno de los países que menor financiamiento ha recibido junto con Barbados (1), Jamaica (1), Nicaragua (1), Panamá (2), Paraguay (1), Trinidad y Tobago (1) y Uruguay (1).
En el caso mexicano son dos las instituciones que se reportaron (hasta el momento del informe) como beneficiarias del BID: La Universidad Autónoma de Chapingo y el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (BID: 1996: 9-11). Sin embargo, es preciso recordar que la UNAM recibió crédito en el año de 1993, con lo cual son tres las instituciones de educación superior en México que han recibido un préstamo proveniente del BID.
De igual forma, es conveniente recordar que el Banco también se ha caracterizado por la producción de diversos documentos en torno a la educación superior, en los cuales expresa sus políticas y recomendaciones (De Moura Castro y Levy: 1997).
Con la panorámica antes expuesta es posible evidenciar algunas constantes que constituyen referentes obligados en el análisis de la pertinencia:
• La educación superior confronta hoy lo que el BM y la UNESCO denominan nuevas realidades: expansión, diferenciación y revolución del conocimiento (Banco Mundial, 2000).
• La educación superior ha sido un factor necesario para garantizar el crecimiento económico en los países desarrollados y es un factor determinante para el progreso social y económico en los países en desarrollo. “La educación superior nunca ha revestido tanta importancia para el futuro del mundo en desarrollo como en la hora actual. Es cierto que no puede garantizar un rápido crecimiento económico, pero el progreso sostenido es imposible sin ella”.
• La pertinencia o vinculación universidad-sociedad se encuentra asimilada a la relación universidad y sector productivo. Se observa con claridad que el componente económico incide significativamente en la definición del concepto (pertinencia) y de alguna manera reduce su capacidad de acción.
• La dinámica propuesta por Schugurensky como tendencia de los sistemas de educación superior tiende a generalizarse en los países desarrollados y los países en desarrollo.
• Pareciera consolidarse la idea de que la alternativa para pasar de ser un país en desarrollo a un país desarrollado lo constituye la inversión en educación. En los años sesenta este argumento fue determinante en las políticas de la CEPAL para América Latina sin resultados satisfactorios. Hoy en el contexto de la sociedad del conocimiento el argumento adquiere una vigencia enorme.
• La pertinencia de la educación superior encuentra hoy un campo fértil para su desarrollo conceptual y práctico en el campo teórico surgen una cantidad de factores y de dinámicas que van a favorecer su comprensión.

FUENTE BIBLIOTECA VIRTUAL DE DERECHO, ECONOMIA Y CIENCIAS SOCIALES

CALIDAD, EVALUACIÓN Y ACREDITACIÓN EN MÉXICO

Carlos Pallán Figueroa
INTRODUCCIÓN
La evaluación y la acreditación han tenido un breve y sinuoso camino dentro del sistema de educación superior en México. Se llegó tarde frente a lo que, con frecuencia, se erigen como paradigmas: los sistemas que en ese mismo ámbito tienen establecidos Estados Unidos y Canadá.
La celebración del Tratado de Libre Comercio con ambos países y su vigencia, a partir de 1994, estimuló notablemente los acercamientos que permitieron observar con mayor detalle el funcionamiento de esos sistemas y las comparaciones fueron inevitables. Para muchas instituciones y directivos la sincronía en materia de comercio con ambos países debía de corresponderse con algo semejante en educación superior. De hecho, buena parte de los planteamientos que con enorme profusión se hicieron en los años de 1993 y 1994, recomendaban transitar hacia la implantación de sistemas semejantes en materia de evaluación y acreditación. Una enorme deformación se introducía con ello. (Pallán 1993) Afortunadamente el debate fue normando los enfoques en torno a esta materia y todo indica que México está siguiendo un camino propio, acorde con su circunstancia, historia y condicionantes culturales. Sin embargo, no es un asunto totalmente terminado: dos capítulos del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá hacen referencia al intercambio e ingreso de profesionales y las condiciones para los reconocimientos recíprocos, muchos de los cuales tienen que ver con acreditación, certificación y evaluación.
Tal y como se expone en este texto, desde 1984 había una propuesta lo suficientemente madura y adecuada, por parte de las universidades, para implantar procesos de evaluación y acreditación. Sin embargo, por las circunstancias que aquí mismo se comentan, no fue hasta 1991 cuando se dieron los primeros pasos firmes en esa dirección, no obstante las asechanzas que ya estaban presentes en el sistema de educación superior: entre ellas las de asimilarse totalmente a los sistemas correspondientes de Estados Unidos o Canadá; en el caso de las instituciones individualmente consideradas, afiliarse para fines de acreditación a alguna de las agencias especializadas de los Estados Unidos o el establecimiento de agencias nacionales, a partir de las iniciativas de asociaciones de escuelas y facultades y de colegios de profesionales, principalmente por parte de estos últimos, sin que tales colegios tengan la tradición, normatividad y reconocimiento de que gozan los mismos en otras latitudes.
El camino seguido por México se explica en función de varias circunstancias: a) la herencia española y centralizadora en materia de reconocimientos a instituciones, programas y títulos. Esta herencia no desapareció con la Independencia ni con la Revolución, y sólo recientemente, con las propuestas de federalización de muchos asuntos de la administración publica, puede pensarse que pudiese modificarse, aunque lentamente, esa tradición; b) la autonomía a la Universidad Nacional de México, en 1929, trajo una consecuencia importantísima en materia de acreditación: a partir de ese momento, la universidad otorgaría títulos y grados, sin que se requiriese acción alguna posterior para el libre ejercicio profesional, realidad diametralmente opuesta a la que opera en Estados Unidos y Canadá; c) todo ello ilustra una diferente matriz socio-cultural en la integración de la Nación, que se extiende a todas las instituciones, entre ellas las de educación superior, y que no es posible borrarla rápidamente para implantar sistemas que, muy adecuados para otros medios, se desnaturalizarían en el mexicano y no cumplirían con los objetivos previstos.
En este camino breve y sinuoso, la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior, ANUIES, ha desempeñado un papel esencial. Ha impulsado e inducido los principales cambios en la educación superior, entre ellos los referentes a la evaluación y la acreditación. En este texto se hace una referencia a ese papel y a su combinación con las políticas federales en materia de educación superior. (ver enlace)

Fuente.